miércoles, 9 de junio de 2010

El escudo de Cataluña

Entrando ya en materia, y dado que este blog se dedica, básicamente, a la heráldica catalana, creo que es obligado empezar por el escudo de Cataluña.



Pues bien, Cataluña no tiene escudo. Oficialmente no tiene. El Estatuto de Cataluña de 1979, en su artículo 4.1 solo nombraba la bandera. No hacía ninguna referencia al escudo. Así mismo, el Estatuto de 2006, en su artículo 8.1 dice que los símbolos oficiales de Cataluña son la bandera, el himno y la fiesta. Nada del escudo.

Siguiendo las tesis de mi buen amigo Armand de Fluvià, asesor de Heráldica y Genealogía de Cataluña, Creu de Sant Jordi e infinidad de premios y reconocimientos más y sin duda uno de los mejores heraldistas no ya de Cataluña o España sino del mundo, solo se puede decir que resulta paradójico. El escudo de Cataluña es el más antiguo de España y el segundo de Europa y no está reconocido oficialmente, más cuando en Cataluña, se cuidan con especial mimo los símbolos como hechos diferenciadores.

Seguramente los lectores habrán oído o quizá conozcan la leyenda del origen del escudo de Cataluña, cuando Gifré el Pilós (Wilfredo el Velloso), estando herido en su tienda, recibió la visita del emperador Carlos el Calvo, nieto de Carlomagno y éste le concede un favor. Gifré el Pilós, le dice que el solo tiene un escudo de oro (amarillo) y que le gustaría tener alguna figura. Entonces el emperador moja sus dedos en la sangre que mana de las heridas de Gifré el Pilós y con sus dedos ensangrentados pinta en el campo del escudo los cuatro palos que lo caracterizan.
Bien, nada más lejos de la realidad. Como dice de Fluvià en su libro “Els Quatre Pals. L’escut dels Comtes de Barcelona” (Los cuatro palos. El escudo de los condes de Barcelona), esta leyenda la inventó el historiador Beuter.
Hay que tener en cuenta que los personajes que aparecen en esta leyenda vivieron aproximadamente en el siglo IX y que la heráldica nació como tal en el siglo XI, con lo que hay un desfase de unos 200 años.


El origen real del escudo de Cataluña lo encontramos en el año 1150 en un sello de Ramón Berenguer IV. Entonces aun no era el escudo de Cataluña, sino el escudo propio de los condes de Barcelona. Dicho escudo, por voluntad de los soberanos fue territorializado convirtiéndose así en el escudo Principado de Cataluña. Es importante remarcar que era el escudo de los condes de Barcelona, no de los reyes de Aragón. La polémica que existe sobre la propiedad del escudo de los cuatro palos entre Aragón y Cataluña surge a raíz de la boda entre Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona y Petronila de Aragón, reina de Aragón. Como es natural, el hijo y heredero de ambos, Alfonso II, rey de Aragón y conde de Barcelona utilizó las armas que le correspondían como propias por ser las del linaje de su padre, esto es el escudo de oro con cuatro palos de gules. Los escudos, al igual que la nobleza se transmiten siempre de padres a hijos por vía masculina, es decir, por vía agnaticia. Desde entonces, el reino de Aragón utilizó las armas propias de su soberano, que eran las de la Casa de Barcelona. De ahí la polémica.

Otro tema importante, y quizás de esto; como dice de Fluvià, y yo también lo creo así; venga el problema de que Cataluña no tenga escudo, es el timbre. El timbre es el elemento que se coloca sobre el escudo para indicar la categoría de su propietario, puede ser una corona, un yelmo, una tiara, un capelo o un birrete.
Existe, en función de cada título nobiliario una corona distinta. Así, los emperadores, reyes, príncipes, infantes, duques, marqueses, condes, vizcondes o barones, tienen sus propias coronas.
La corona que debería llevar el escudo de Cataluña es la real. ¿Y porqué no la de conde si eran los condes de Barcelona? Pues bien, como dice de Fluvià, no se puede comparar un condado soberano como el de Barcelona con un condado Título del Reino. Los condes de Barcelona eran los soberanos del Principado de Cataluña igual que un rey lo es de un reino y, por lo tanto, el escudo debe llevar la corona que indica soberanía, que es la real.
Y es en la corona real donde surgen conflictos, ya que hay gente, de forma totalmente infundada, que la identifica con una corona borbónica o que, simplemente, al ser republicanos, no les parece bien que aparezca en el escudo.


Sinceramente, y desde mi humilde punto de vista, Cataluña, debería cuidar más sus símbolos. Tenemos la suerte de tener el segundo escudo más antiguo de Europa y lo ninguneamos por disputas totalmente ajenas a la heráldica y al rigor científico. Cuando se mezcla la política con la historia, nada puede salir bien. Y para muestra, un botón.