martes, 26 de junio de 2012

Noticia

Noticia publicada por el periódico La Vanguardia el pasado miércoles 21 del corriente.

Barcelona hará prospecciones en la plaza Sant Jaume para conocer su pasado romano


La delimitación del núcleo de Barcino se hará, en principio, con georradar y sin abrir zanjas 
 

Vida | 20/06/2012


Ramon Suñé
Barcelona


Es muy probable que algún día el president Artur Mas y el alcalde Xavier Trias, camino de sus respectivos despachos en el Palau de la Generalitat y el Ayuntamiento, se crucen con unos individuos que caminarán sin prisas por la plaza Sant Jaume transportando un extraño artilugio parecido a una segadora de césped. Quizás alguno de los miles de visitantes del Barri Gòtic barcelonés cuelgue en las redes sociales imágenes de estos extraños jardineros del asfalto suponiendo que han descubierto una rareza más de esta curiosa ciudad. Pero, en realidad, estarán asistiendo a una prospección arqueológica, a la búsqueda de los vestigios de lo que fue el foro de Barcino.


Dentro del plan municipal para recuperar y poner en valor el patrimonio de la colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino, el Ayuntamiento efectuará a lo largo de este mandato sondeos mediante georradar a fin de determinar los límites del foro romano, definir las estructuras existentes y estudiar la posibilidad de encontrar materiales de la época bajo el subsuelo de la plaza.


A nadie se le pasa por la cabeza –al menos por ahora– abrir zanjas entre los dos edificios que simbolizan el poder político catalán. De lo que se trata es de confirmar definitivamente, con una intervención poco agresiva en el subsuelo, las hipótesis muy fundadas que hacen coincidir parcialmente el foro de Barcino con la actual plaza de Sant Jaume y los ejes formados por las calles Llibreteria y Call, por un lado, y Bisbe, Ciutat y Regomir, por el otro, con las dos vías principales de la ciudad romana, el cardus y el decamanus, respectivamente. Todo ello, en principio, para conocer mejor un pasado que arranca hace más de dos mil años y divulgarlo entre los propios barceloneses y entre los turistas.


La investigación plantea, hoy por hoy, muchas incógnitas. Las canalizaciones y conducciones de servicios que circulan por el subsuelo de la plaza dificultarán sin duda el trabajo del georradar, una técnica que ya se ha empleado, sin ir más lejos, en las ruinas de Empúries y en las de Tárraco.


La búsqueda del foro es sólo una pequeña parte del plan  Barcino, presentado ayer en la comisión de Cultura del Ayuntamiento por el teniente de alcalde Jaume Ciurana. El Consistorio destinará 2.150.000 euros hasta el año 2015 a descubrir, recuperar y difundir la ciudad romana mediante varios proyectos transversales. Uno de ellos pretende dotar de una mayor accesibilidad los restos romanos, con la posible apertura al público de espacios que en la actualidad permanecen ocultos. Otro, el denominado SmartBarcino, creará una web que permitirá a sus usuarios hacer un recorrido multimedia por los espacios visitables y los que no lo son.


Asimismo, a finales de este año estará lista la nueva carta arqueológica de la ciudad, un archivo abierto en internet que, sobre un plano de Barcelona, reseñará detalladamente todas las intervenciones arqueológicas hechas y se apuntarán las que previsiblemente se harán en el futuro.


Jaume Ciurana explica que el gran cambio en la arqueología de la ciudad, y especialmente en el relato de la Barcelona romana, es que dejará de ser reactiva para ser proactiva. Dicho de otro modo, del encontrar –y decidir después qué hacer con los hallazgos– se pasará al ir a buscar.


El plan Barcino marca diversos espacios prioritarios de actuación. El principal (ver La Vanguardia del 3 de mayo) son las murallas. Está previsto el derribo de dos edificios en el tramo de la calle Sotstinent Navarro que liberará un fragmento de lienzo exterior; la restauración y consolidación de la muralla y la torre de Baixada Viladecols/plaza Traginers, con la posible recuperación de un edificio gótico que lleva medio siglo totalmente abandonado; y un estudio del sector sudeste de la muralla para ver si todavía conserva la estructura defensiva.


También se actuará, con la elaboración de proyectos de museización, en domus (casas romanas) como las de las calles Sant Honorat y Avinyó 15, y en la villa suburbana de la plaza Antonio Maura, además de proseguir las excavaciones en la basílica de Sant Just i Pastor y abrir al público dos dependencias del conjunto episcopal de Barcino –el aula y el baptisterio–, en el subsuelo del Museu d’Història de Barcelona, hoy cerrados. Por lo que respecta al templo de Augusto, construcción del siglo I en la cima del monte Táber, en la actual calle Paradís, el reto es hacerlo más visible (ahora se echa en falta una mínima señalización).


Otro proyecto incluido en el plan Barcino es la incorporación al paisaje urbano de los restos monumentales del acueducto, del que se conoce el trazado, desde su nacimiento en unas fuentes cercanas al río Besòs hasta su entrada en el recinto amurallado por la plaza Nova. De esta construcción se conservan diversos fragmentos (auténticos, no como la reconstrucción fake de mediados del siglo XX en la plaza Nova), como son el tramo de conducción soterrada en la calle Coronel Monasterio (Sant Andreu) o los arcos de la plaza Vuit de Març.